En términos generales, la evaluación se define como “. Acto de comparar y
enjuiciar datos del control (reales) con datos esperados del plan
(ideas), en un tiempo y espacio dado, para encontrar causas de
comportamiento e introducir enmiendas necesarias y oportunas.
La evaluación administrativa consiste en enjuiciar los resultados
obtenidos de la aplicación de medidas de cambio a las organizaciones.
Impone, determinar los índices de eficiencia y de eficacia de los
resultados.
La eficiencia es un índice de menor costo de producir un bien o un
servicio por unidad de factor empleado, respecto a lo planeado o a
normas establecidas. La eficacia es un índice de mayor logro de
objetivos o metas por unidad de tiempo, respecto a lo planeado.
Esta valoración se hace confrontado los logros obtenidos con los logros
que se esperaban alcanzar a un mismo momento y localización. Es
enfrentar el dato real (resultado de la ejecución) con el dato ideal
(planeado) y cuestionarse por qué no resulta iguales y busca las causas
para corregir en la práctica o a futuro en la ejecución de la medidas de
cambio. Si los datos fueran iguales, también hay que investigar las
causas, para verificar que son el resultado de un proceso normal y
racional y que pueden servir de “modelo “para futuras acciones.
Los informes de control, estándares e indicadores de eficiencia y
eficacia, e información del ambiente, son elementos útiles y prácticos
para realizar la evaluación administrativa. La administración por
Objetivos, por ejemplo, tiene por “norte “el logro de ambos estándares
de eficiencia y eficacia, a la vez. Véase figura siguiente y fórmulas de
operación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario