Por Genevra Pittman
NUEVA
YORK (Reuters Health) - Un programa terapéutico orientado a mejorar la calidad
de vida ayuda a las personas bajo tratamiento por cáncer avanzado, según
demuestra un estudio de la
Clínica Mayo, situada en Rochester, Minnesota.
Los pacientes que
concurrieron a las sesiones, que combinaban terapia física, psicoterapia,
técnicas de relajación y charlas espirituales, sintieron una calidad de vida
estable durante el tratamiento, mientras que los pacientes oncológicos sin esa
asistencia empeoraron.
Los autores consideraron
que en los hospitales pequeños, los médicos también pueden orientar a los
pacientes a buscar ayuda espiritual o emocional, o alentarlos a ser más
activos.
"El
diagnóstico de cáncer genera mucho estrés a muchas personas. Aún sigue siendo
un diagnóstico que causa terror", dijo el psicólogo Matthew Clark, autor
principal del estudio. Es más: comentó que los pacientes tienen que sobrellevar
los efectos adversos del tratamiento y, en muchos casos, con el estrés de estar
lejos de la familia y los amigos.
El
equipo de Clark estudió a 131 pacientes con cáncer avanzado de colon, cerebro y
pulmones. Todos habían recibido el diagnóstico el año anterior y recibían
radioterapia.
Al
azar, los autores les indicaron concurrir a seis sesiones de 90 minutos para
mejorar la calidad de vida física, mental y espiritual o seguir recibiendo sólo
la atención habitual.
Los
pacientes asistieron a la mayoría de las sesiones junto con su cuidador
primario.
A
las cuatro semanas, la calidad de vida de los participantes del programa era de
75 en una escala de 0-100 puntos, comparado con 69 en el grupo bajo tratamiento
habitual.
Pero
a los seis meses, la calidad de vida de los pacientes era de 77 o 78 puntos,
independientemente del tratamiento recibido.
Allison
Applebaum, psicóloga clínica del Centro de Oncología Memorial Sloan-Kettering,
de esta ciudad, dijo que ve a muchos pacientes afectados por depresión,
ansiedad y cuestiones existenciales durante el tratamiento oncológico.
"Muchos
hasta desarrollan algunos síntomas de estrés postraumático", indicó
Applebaum, que no participó del estudio.
Explicó
que "con el cáncer surgen muchos cambios de roles y pérdidas, como la de
la capacidad de trabajar, de relacionarse o rendir físicamente".
El
programa de la Clínica
Mayo no modificó cómo los cuidadores calificaban su calidad
de vida, según publica el equipo en Cancer. Al final del estudio, dijeron que
habrían preferido un grupo sólo de cuidadores y estrategias para mejorar su
calidad de vida.
Applebaum
comentó que las tasas de depresión de los cuidadores pueden ser tan o más altas
que en los pacientes. En el 2011, comenzó una clínica sólo para cuidadores.
Cada
vez más investigadores están reconociendo la importancia de tratar las
necesidades mentales y emocionales de los pacientes oncológicos, pero aún
existen limitaciones para llegar a todos.
"Atender el cáncer no se trata de cuidar el
cuerpo -insistió Applebaum-. También hay que ocuparse de la calidad de vida, la
salud mental y la espiritualidad".